En los últimos años mi trabajo pictórico
se ha desarrollado en la repetición y el ritmo, buscando el aspecto expansivo y
lúdico de las piezas, extendiéndose en nuevos formatos, como los puzles.
Las pinturas y dibujos se han ramificado por la pared como algo vivo y juguetón mediante los polípticos. Estos permiten expresar con mayor exactitud el dinamismo, la radiación, el ritmo... Y lo más importante, la aparición de lazos que se establecen entre las diversas piezas del conjunto, una respondiendo al otro, completándose, a la vez que llenan de mayor complejidad el objeto creado.
Y los polípticos se han convertido en algo vivo. Mediante la reconstrucción y reconfiguración constante de la propia pieza, esta muestra las infinitas posibilidades de composición y de unión sin que haya ninguna definitiva.
La cesta está vacía.